Cristina Rivera Garza, con su novela "Nadie me verá llorar", ha sido galardonada con varios premios gracias a su obra, tales como el Premio Bellas Artes de Novela José Rubén Romero, el Premio IMPAC Dublín y Premio Sor Juana Inés de la Cruz.
En su novela retoma elementos relacionados con las historias de diversos pacientes mentales en el manicomio "La Castañeda".
La historia nos habla de Joaquín Buitrago que durante el año de 1920 tiene el infortunio de trabajar como fotógrafo de los internos del manicomio "La Castañeda", sin embargo entre toda la gente y el personal internado, reconoce una cara familiar, Matilda Burgos. A partir del reencuentro, el personaje se obsesiona con la identidad de la mujer, ya que cree haberla visto en algún momento de su vida con anterioridad en el burdel "La Modernidad", por lo que, en el transcurso de la historia, Joaquín se encarga de investigar la historia detrás de Matilda, descubriendo en el camino las circunstancias que terminaron por llevar a la mujer hasta el punto en el que se encuentra y que al mismo tiempo, genera la reflexión del protagonista acerca de su vida y su dependecia de los narcóticos, mostrando así el duelo moral y psíquico por el cual atraviesan.
Una novela que tiene que ser leída con atención en todos sus aspectos, que cuenta una historia única de cada persona en la cual los recuerdos y la locura son temas constantes con los que el lector debe convivir para comprender fielmente los sentimienos que abundan en las mentes de cada uno de los personajes condenados al recuerdo.
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